jueves, 28 de noviembre de 2013

LAS PUERTAS

LAS PUERTAS

Las puertas,
enigmáticas bocas del laberinto humano,
escondrijo de nuestros deseos que se contienen o se desbordan,
acertijos vivientes de nuestros cuerpos
te voy abriendo, te voy cerrando,
voy saliendo, voy entrando,
puertas de madera, puertas de fierro,
puertas de cartón, puertas invisibles, automáticas o de vidrio,
puertas levadizas o automáticas,
puertas blancas, negras o amarillas
puertas de la vida, puertas de la muerte
puertas del amor, puertas del corazón,
puertas de la alegría, puertas de la tristeza y de la sinrazón,
puertas del cielo, puertas del infierno, del abismo y de la ilusión,
la puerta de tu boca, la puerta de tu sexo,
la puerta de tu cuerpo y la de tu dolor,
por una puerta llegamos al mundo,
por otra puerta nos entierra la muerte,
por una puerta sembramos nuestras semillas más sublimes,
por una puerta brotan nuestros besos y nuestra voz,
por una puerta callo, respiro tu perfume y me trago tu silencio,
dicen que los ojos son ventanas, yo digo que son puertas del alma,
puertas de llanto, de la risa y del adiós,
puertas de abrazos,
consuelo de puertas, abrazos de puertas, apertura y cierre de puertas,
nuestras vidas sedentarias tienen puertas
y hay más de una puerta entre los dos,
no todas nos acercan y no en todas nos encontramos,
puertas que se abren cuando  quieren dejarte entrar,
puertas que se cierran cuando te quieren atrapar.

La puerta de mi casa era blanca
de madera añeja, fiel testigo de mis pasos,
en mi patio jugaba con el cielo
¡qué azul era el cielo entonces!
nubes luminosamente blancas,
copos de nieve que volaban como nubes
en permanente transformación,
mutaciones infinitas que acomodaba mi imaginación,
rostros de hombres, cuerpos de mujer,
caballos y elefantes,  dinosaurios, serpientes,
gallinas de corral, el ojo de un Dios,
las alas de un ángel, la cola de un diablo,
un arcángel y su espada de fuego exterminador.

La puerta de mi infancia era de madera blanca,
con poros de congoja y antigüedad
adornada malamente con lágrimas de cuarzo
fiel testigo de mis pasos titubeantes,
boca inconsciente que vomitaba ríos,
ojo complaciente de mis juegos de verdad,
oído atento de mi abecedario y de mi tarea escolar,
agua de viento, de tormentas y de barcos de papel,

espejo atento de mis fantasmas,
de fantasías que no se ven,
paisaje imaginario de jardines mal cuidados
suspiro prolongado de flores mansas y serenas,
bosque de mariposas que revoloteaban en sus cabellos,
eras la niña india imaginaria de mi infancia en soledad
con su vestido de tul blanco y su rostro de cristal,
zapatitos de charol blanco y medias de algodón,
cabellera larga y ondulada, acomodada por lazos de amor

acogías en tu cabeza tibias muñecas de tela
tacitas de juguete, figuritas de papel,
sueños, príncipes azules de algún cuento,
burbujas de jabón, tejidos de un bebé,
hace mucho que discreta y silenciosa
te fuiste sin yo saber,
niña compañera de mis juegos,
tus manos crecieron
sin que pudiera tomarlas alguna vez,
error más grande querer hacerte concreta como nube celestial
querer congelarte eterna en copos  inmutables
pero no eras piedra eterna,  eras carne ondulante

germinando humana por puertas
que paulatinas se iban abriendo
en diseños del deseo, formas tiernas
delicada porcelana de mujer hermosa
transformada en estrella de mis deseos,
niña india, imaginaria de mis sueños
con tus pasos te perdiste
por las turbias puertas del tiempo,
puertas de tu cuerpo que se abrieron
senos de ternura que como dos rosas
frescas y tersas van naciendo,
vientre joven que se inunda de deseos

caderas redondas ensanchando
labios húmedos virando besos
te hiciste mujer, mi niña imaginaria,
de tu corazón lejano me fui volviendo
un prisionero, ocupante precario y solitario,
un niño asustado y atrapado en tu brillante cielo,
nubes voluptuosas que mutando pasan
por las puertas recién abiertas de nuestros cuerpos
me siento un niño sin sonrisa que callado tiembla
en la brisa de tus latidos y tus recuerdos
puerta cerrada, congelada en el mismo tiempo,
prisión virtual de mis amores y mis deseos.

La puerta de mi casa era blanca
de madera añeja, fiel testigo de mis pasos,
en mi patio jugaba con el cielo
¡qué azul era el cielo!
¿En dónde estabas entonces
tú, mi india blanca?
¿En dónde mi niña de amor?
¿Eras acaso alguno de esos
suspiros que al mirar al cielo
imaginaba como el más bello
azul? ¿Estabas quizás en el
óvulo hipotético del vientre de
tu madre? ¿En el esperma no
pensado de tu padre? ¿En el
pensamiento no acabado de
algún arquitecto de éste y de
otros mundos?

Amor, puerta que se abre de repente,
luminosa chispa que se enciende y que estalla
en un instante de absoluta casualidad,
modo inconsciente, no premeditado,
espontáneo, breve, muy breve,
pero inmensamente completo,
puerta que une a la nada con la vida
puerta que nos pone a un paso de la eternidad.
Quizás deambulabas como mi
propio deseo o proyecto de futuro,
como tierna estudiante o abogada
por realizarse en tu Osasco o
por las bulliciosas calles de São.
Paulo. No sé, pero siempre me
pregunto por tus años y por aquellos
años que nos distancian como un muro
de concreto armado y de ternos bien
planchados y de entalle un poco duro.
De los años que me quedan de vida,
de los veinte o más años que vas a
sobrevivirme.  ¿Qué será de tus pasos
cuándo yo ya no exista? ¿Qué será de
mis huesos y de mi más débil voz?
Seré sólo polvo, olvido en tu mente,
fea hilacha desprendida del vestido de
tu memoria que estorba o, peor,
simple e insignificante nimiedad
mirada indiferente que ahora ignoras
voces del silencio que no provocan nada,
seré tal vez una partícula de polvo
inútil inconsistencia de carne humana
besos volados de las puertas de nuestros cuerpos
cáscara seca que se desprende de mi piel,
partícula muerta de amor vivo que ensucia
los rincones menos frecuentados de tus pensamientos,
esquina oscura de un desván que hay que limpiar.

Te escucho muda mi india blanca,
te escucho muda y a mí me duele
el alma.

Las puertas están ausentes
y para mí al menos parece
que se empiezan a cerrar.

CÉSAR AUGUSTO DE LAS CASAS (c)

viernes, 22 de noviembre de 2013

UM BEIJO SOBRE UMA TAÇA DE RUM DOURADO

UM BEIJO SOBRE UMA TAÇA DE RUM DOURADO

Quando a noite jaz tranqüila e estranha
e a escuridão profunda desliza mais,
abro as portas do jardim das ilusões,
terra rica de onde brotam férteis as palavras,
frágeis flores de cores mornas,
frutos incertos de um único suspiro,

cativo, me rodeiam em pura calma,
cravos anônimos que acordam meu prazer,
céu azul sem nome no que moram
tuas tenras formas de índia branca,
olhos lindos que deixaram de me olhar,
tua imagem é ausência feita tristeza,

teu sopro me gela como morte doce,
morte imprevista e silenciosa,
mudo piscar de olhos que nos chega
e nos deixa para sempre calados,
beijo mal dado
centelha acidental que se acende

e se apaga no suspiro de um só instante,
pérdida infinita que nos transforma
em nada, em todo, em pó de estrelas,
acidente divino que nos presenteia
o jogo da vida e a morte.

Quando a noite jaz tranqüila e estranha
dorme na minha mente teu rosto
como presente alheio que sonho
ternura que não tenho, que perco,
ladrão silencioso da minha vida,

sim, a vida, esse inseto esquivo que voa
em círculos e escapa de minhas mãos,
lábios incertos os teus minha índia branca,
que beijam fugitivos a um amigo,
última olhada, cálida brisa que passa

que sento perta mas não me toca,
loucura temporal que acende
minha ilusão mais fria, mais morta,
mais ternamente morta que a vida,
calada, de sensações inúmeras

que deliciosas e únicas se desvanecem
como a cena final de um teatro,
a comédia e drama de teus abraços
mais mornos e envolventes, mais abraço
que todos os abraços juntos.

Quando a noite jaz tranqüila e estranha
tua boca treme de silêncios,
sorvos de rum dourado compartilhado
com meus lábios bêbados de desejo
labios encarnados em um beijo

sobre a borda de uma taça de cristal,
instante mágico no que teu mais
tenro encanto me fez feitiço,
da borda de uma taça de cristal
sem te beijar, furtei teu beijo mais doce, 

beijo embriagado pelo aroma
e o sabor de um rum dourado,
beijo esquecido que eu tomei
como aquele que toma emprestado da própria vida,
hipoteca de sangre que escraviza minha alma

e se apropria de meu coração,
lábios que sem se tocar se beijam
sobre a borda de uma taça de rum dourado
sem querê-lo tu e querendo-o tanto
e tanto eu, tanto e tanto, tanto,

sobre a úmida marca de teus lábios
coloquei meus lábios, sobre a mesma borda
no que teus lábios sorveram o rum
senti o suave calor de tua boca se dissipando
e teu respiro etéreo tomando-me o coração,

o sabor de teu batom penetrando minha voz
beijo úmido e fresco envolvido de embriaguez
repousado e úmido como a cada um dos poros de tua pele,
frio e amargo como um adeus, como um adeus
adeus sem palavras de despedida, sem despedidas.

Quando a noite acorda certa e conhecida
com as primeiras luzes ainda frias da manhã,
me despido de meu jardim das ilusões
e me entrego às incertezas da vida
na busca de teus olhos e teus lábios vermelhos, minha índia branca.


CÉSAR AUGUSTO DE LAS CASAS (c)

jueves, 21 de noviembre de 2013

TUAS ROUPAS DE CHANEL E CHRISTIAN DIOR

TUAS ROUPAS DE CHANEL E CHRISTIAN DIOR

Nesta noite eu te olhei, quando teus olhos calavam esperanças
quando teus olhos calavam esperanças, nesta noite eu te olhei.

Tuas roupas são gladíolos perdidos no tempo
pétalas de outras primaveras alugadas a uma flor,
larvas insaciáveis que se nutrem de teu corpo,
não te deixam, não se vão, são tua alma feita pedaços,
lembranças mortas sem retorno, migalhas de alguma dor.

Tuas roupas são encaixes de esterco e limão,
únicas e soberanas donas de tua pele e teu suor,
nua tu não és nada, só rugas enegrecidas de carvão,
vestida tu és uma princesa das ruas, fantasiada como uma flor,
tuas roupas sujas e rasgadas são de Chanel e Christian Dior.

Tuas roupas são conselhos bem baratos, puro frio e solidão,
sentada no asfalto sofres sozinha de artritismo e cansaço
dores do corpo, dores da alma, tu não és de curta idade,
nas noites quando passo, eu te olho e agora entendo,
que tuas lágrimas estão feitas de mofo e umidade.

Teu lar é uma praça com jardins de todo um povo,
tem gramado um pouco seco, terra, lama, imaculada sujeira,
urina de bêbado, resíduos de cerveja e de excremento
perfume da rua, fragrâncias de desodorante ambiental,
melodias dos carros, ônibus, transeuntes, fluxo social.

Teu lar tem pinturas, grafitos e palavrões enfeitando um monumento,
anúncios de néon, faróis, postes luminosos que iluminam ao teu redor,
deitada no concreto, obscura sempre dormes com frio em um rincão,
baratas, moscas e mosquitos a cada noite estão de festa
teu corpo em que aterram é uma fonte de calor.

Tua cama é de concreto, frias escadas de áspera cor
entrada encerrada, tapete vermelho que alguém se roubou
hotel de luxo envelhecido, por essas portas alguma vez passaste,
moça fresca e nova, amante de ocasião,
lembranças de pedra presa em num castelo de algodão.

Teu rosto foi fruta doce, alegria dos homens,
casca alguma vez muito macia que com o vento se secou,
tuas mãos de rosa fresca, hoje são lençóis impossíveis de passar,
teus lábios de figo seco são consciências silenciadas
deles penduram vozes que tu queres calar.

Boca de modelo, lábios de cristal,
doces reflexos que não querem beijar,
esquecimento sempiterno, esquecimento só de hoje
perdida nesta selva de florestas de cartão,
és tu mulher um coração, se diz que definhou,
modelo o figurino da revista Vogue.

CÉSAR AUGUSTO DE LAS CASAS

lunes, 18 de noviembre de 2013

TUAS MÃOS QUE ACARICIAM

TUAS MÃOS QUE ACARICIAM


De minhas mãos chovem palavrinhas e um sermão
que o sol cala trás tuas nuvens,
minhas mãos são bocas mudas e fechadas
rígidas escleroses, galhos secos de silêncios sem adeus.

Tuas mãos que acariciam são ásperas sinfonias
argila de algum anjo sem um Deus
lençóis de pura seda, fruta fresca de candor.

De minhas mãos crescem as mentiras
águas frias que se estagnam,
turvas indiferenças, novelos de lã em eclosão
inútil confusão de um mágico predisgitador.

Tuas mãos que acariciam lavam roupa do patrão
limpam casas e escovam solos, até as tristezas do coração
cortam batatas, carnes e cebolas, adicionam o sal da ilusão.

De minhas mãos alimentam-se as distâncias
caminhos polvorentos, horizontes sim um sol,
carinhos invisíveis, pão com queijo e com presunto
fome insatisfeito que sacias com temor.

Tuas mãos que acariciam são receitas do amor
cortam, misturam e preparam o fogão,
os alimentos, as delicias e os agravos da dor.

De minhas mãos se seguram as tristezas
as madrugadas com noite e a água com sabão,
se te toco não te acho e si te acho não te ouço
meus dedos são tão surdos como músico de salão.

Tuas mãos que acariciam são melodias silenciosas
o tilintar de um clarinete e o bater de um tambor
elas tocam no meu peito tua música e tua canção.

De minhas mãos que te cantam não lembro hoje quase nada
têm dedos e linhas longas, calabouços de esperança, 
nas minhas palmas é que tu lês que o futuro será melhor
delas me como a luxuria  e meus desejos por teu amor.

Tuas mãos que acariciam são pássaros ao vôo
ausências muito concretas e ninhos de ocasião
elas lavam minha amargura e alimentam minha ilusão. 

De minhas mãos jogam simples as mães de um convento
elas se vestem de túnica e cobrem sua cabeças com um velo,
seus olhares estão presos aos frutos de outros corpos
ventre alheio, ventre novo que se morre do desejo.

Tuas mãos que acariciam são palavras de consolo
pinturas de Picasso e loucuras de Van Gogh
cores azul do céu e brancas neves de meu ardor.

De minhas mãos pouco secas acaricio o açúcar de tua flor
meus dedos de artesão competem com teu tempo,
relógio biológico que  bloqueia meu desejo, não te olho não te ouço,
só avanço até tuas águas e me mergulho em teu tesouro.

Tuas mãos que acariciam sempre cheiram a sabão
são limpas sutilezas, flores tenras da mãe de um trabalhador
elas beijam com seus dedos e fazem sexo com amor.

De minhas mãos agora frágeis desenho as linhas de teu rosto
nova e bela extravagância, desejo ansioso de me aprofundar em teu primor,
oportuna e ansiosa espera de beber-me a sorvos teu silêncio
hoje não janto, hoje não fumo, hoje não bebo, só espero que fervas de paixão.

Tuas mãos que acariciam são de terra úmida e ensolarada
ferramentas de trabalho da índia, a camponesa e o lavrador
preparam o solo, semeiam e colhem da terra as hóstias de tua comunhão.

De minhas mãos um pouco velhas não tenho muitas esperanças, mas
Tuas mãos que acariciam são meu sonho, meu desejo, minha revolução.


CÉSAR AUGUSTO DE LAS CASAS (c)

viernes, 15 de noviembre de 2013

SÓ SOMOS SÓS

SÓ SOMOS SÓS


Somos escravos de nosso tempo e de nosso lugar
somos escravos de nossas palavras e de nossos silêncios mais sonoros,
livres de pensamento e de sonhar, quando nossa língua emudecida quiser cantar
e caímos baixo as ondas de um estranho mar.
Tu és meu compromisso inevitável, quando longínqua me pedes para não te lembrar.

Somos escravos de nossos sonhos e da mesma liberdade
somos escravos de nosso choro e de nossos risos
livres de morrer e de suar, quando nossos olhos se cegam na obscuridade
e voamos sobre os jardins de um olival.
Tu és meu fracasso concreto, quando de perto te vejo voar.

Somos escravos das manhãs e do café ao leite ao acordar
somos escravos das fadigas e do enxaguatório bucal
livres de dormir e de amar, quando nossa boca se cala e não quer beijar
e nos sentamos bem no lado da mesma mesa para tomar café da manhã.
Tu és meu amor secreto, e ao mesmo tempo meu mal-estar.

Somos escravos de nossas histórias e das mentiras sem contar
somos escravos das manhãs e da roupa suja que temos que lavar,
livres de nos entristecer e de nos alegrar, quando nossas mãos estão muito sujas de trabalhar
e nos olhamos pelas costas juntos sem protestar.
Tu és meu desejo mais doce, ao mesmo tempo que minha solidão.

Somos escravos das noites e das ganhas de espirrar
somos escravos de nossos silêncios e das caricias mais tenras como o pão,
livres para escrever poemas e para dançar, quando as nossas pernas as vão amputar
e nos queremos ir à cama a fornicar.
Tu és minha boneca de algodão, quando vejo tuas pernas sem depilar.

Somos escravos da chuva e por deixar de tomar banho, por que será?
somos escravos de nossos bocejos e das tristezas mais profundas que o mesmo mar,
livres de nos imaginar teu rosto belo, quando não te posso amar
e nos escrevemos por carta, correio eletrônico ou por chat.
Tu és meu abraço mais cansado, quando tua cintura quero tomar.

Somos escravos de nossos preconceitos y das cores do arco íris, verdade?
somos escravos de nossas grandezas e das batatas que devemos descascar,
livres de cozinhar corações, de almas que estamos querendo juntar
e nos reunimos para celebrar, morremos e nos enterrar.
Tu és minha angustia mais augusta, quando teus beijos quiser roubar.

Somos escravos das manhãs e de nossas insônias de noites sem acabar
somos escravos do arroz com leite, o lanche e o queijo sem sal,
livres de amar, de dar consolo ou arrebatar
e nos reunimos para não chorar, torcer-nos a mente ou nos suicidar.
Tu és minha ternura invisível, minha mais completa calamidade.

Somos o que somos, nem mais pedra, arena ou praia lunar
só somos sós, minha índia branca, esse é teu riso, este é meu umbigo e essas as meias de uma criança que hoje não vai almoçar.



CÉSAR AUGUSTO DE LAS CASAS

jueves, 14 de noviembre de 2013

TUS MANOS QUE ACARICIAN

De mis manos llueven palabritas y un sermón
que el sol calla tras tus nubes,
mis manos son bocas mudas y cerradas
rígidas esclerosis, ramas secas de silencios sin adiós.

Tus manos que acarician son ásperas sinfonías
arcilla de algún ángel sin un Dios
pañuelos de pura seda, fruta fresca de candor.

De mis manos crecen las  mentiras
aguas frías que se estancan,
turbias indiferencias, ovillos de lana en eclosión
inútil enredo de un mago predisgitador.

Tus manos que acarician lavan ropa del patrón
limpian casas y barren pisos, hasta las tristezas del corazón
pican papas, carnes y cebollas, añaden la sal de la ilusión.

De mis manos se alimentan las distancias
caminos polvorientos, horizontes sin un sol,
cariños invisibles, pan con queso y con jamón
hambre insatisfecho que sacias con temor.

Tus manos que acarician son recetas del amor
cortan, mezclan y preparan el fogón
los alimentos, las delicias y los entuertos del dolor.

De mis manos se aseguran las tristezas
las madrugadas con noche y el agua con jabón,
si te toco no te encuentro y si te encuentro no te oigo
mis dedos son tan sordos como músico de salón.

Tus manos que acarician son melodías silenciosas
el tintinear de un clarinete y el batir de un tambor
ellas tocan en mi pecho tu música y tu canción.

De mis manos que te cantan no recuerdo hoy casi nada
tienen dedos y líneas largas, calabozos de esperanza,
en mis palmas es que lees que el futuro será mejor
de ellas, me como la lujuria y mis deseos por tu amor.

Tus manos que acarician son pájaros al vuelo
ausencias muy concretas y nidos de ocasión
ellas lavan mi amargura y alimentan mi ilusión.

De mis manos juegan sencillas las madres de un convento
ellas visten de sotana y cubren sus cabezas con un velo,
sus miradas están presas a los frutos de otros cuerpos
vientre ajeno, vientre joven que se muere del deseo.

Tus manos que acarician son palabras de consuelo
pinturas de Picasso y locuras de Van Gogh
colores azul del cielo y blancas nieves de mi ardor.

De mis manos algo secas  acaricio el azúcar de tu flor
mis dedos de artesano compiten con tu tiempo,
reloj biológico que bloquea mi deseo, no te miro no te oigo,
sólo avanzo hasta tus aguas y me sumerjo en tu tesoro.

Tus manos que acarician siempre huelen a jabón
son limpias sutilezas, flores tiernas de la madre de un trabajador
ellas besan con sus dedos y hacen sexo con amor.

De mis manos ahora frágiles dibujo las líneas de tu rostro
joven y bella extravagancia, deseo ansioso de hundirme en tu primor,
oportuna y ansiosa espera de beberme a sorbos tu silencio
hoy no ceno, hoy no fumo, hoy no bebo, sólo espero que hiervas de pasión.

Tus manos que acarician son de tierra húmeda y soleada
herramientas de trabajo de la india, la campesina y el labrador
preparan el suelo, siembran y cosechan de la tierra las hostias de tu comunión.

De mis manos algo viejas no tengo muchas esperanzas, pero
Tus manos que acarician son mi sueño, mi deseo, mi revolución.

CÉSAR AUGUSTO DE LAS CASAS

miércoles, 13 de noviembre de 2013

SÓLO SOMOS SOLOS


Somos esclavos de nuestro tiempo y de nuestro lugar
somos esclavos de nuestras palabras y de nuestros silencios más sonoros,
libres de pensamiento y de soñar, cuando nuestra lengua enmudecida quiere cantar
y caemos bajo las olas de un extraño mar.
Eres mi compromiso ineludible, cuando lejana me pides para te olvidar.

Somos esclavos de nuestros sueños y de la misma libertad
somos esclavos de nuestro llanto y de nuestras risas,
libres de morir y de sudar, cuando nuestros ojos se ciegan en la oscuridad
y volamos sobre los jardines de un olivar.
Eres mi fracaso concreto, cuando cercana te veo volar.

Somos esclavos de las mañanas y del café con leche al despertar
somos esclavos de las fatigas y del enjuague bucal,
libres de dormir y de amar, cuando nuestra boca se calla y no quiere besar
y nos sentamos bien al lado de la misma  mesa para desayunar.
Eres mi amor secreto, al mismo tiempo que mi malestar.

Somos esclavos de nuestras historias y de las mentiras sin contar
somos esclavos de las mañanas y de la ropa sucia que hay que lavar,
libres de entristecer y de alegrar, cuando nuestras manos están muy sucias de trabajar
y nos miramos de espaldas juntos sin protestar.
Eres mi deseo más dulce, al mismo tiempo que mi soledad.

Somos esclavos de las noches y de las ganas de estornudar
somos esclavos de nuestros silencios y de los cariños más tiernos como del pan,
libres de escribir poemas y de bailar, cuando a  nuestras piernas las van a amputar
y nos queremos ir a la cama a fornicar.
Eres mi muñeca de algodón, cuando veo tus piernas sin depilar.

Somos esclavos de la lluvia y de la falta de baño ¿por qué será?
somos esclavos de nuestros bostezos y de las tristezas más hondas que el mismo mar,
libres de imaginar tu rostro bello, cuando no te puedo amar
y nos escribimos por carta, correo electrónico o por chat.
Eres mi abrazo más cansado, cuando tu cintura quiero tomar.

Somos esclavos de nuestros prejuicios y de los colores del arco iris ¿verdad?
somos esclavos de nuestras grandezas y de las papas que debemos pelar,
libres de cocinar corazones, de almas que quisiéramos  juntar
y nos reunimos para celebrar, morirnos y nos enterrar.
Eres mi angustia más augusta, cuando tus besos quisiera robar.

Somos esclavos de las mañanas y de nuestros insomnios de noches sin acabar
somos esclavos del arroz con leche, la mazamorra y el queso sin sal,
libres de amar, de dar consuelo o arrebatar
y nos reímos para no llorar, torcernos la mente o nos suicidar.
Eres mi ternura invisible, mi más completa calamidad.

Somos lo que somos, ni más piedra, arena o playa lunar
sólo somos solos, mi india blanca, esa es tu risa, este es mi ombligo y esas las medias rotas de un niño que hoy no va a almorzar.


CÉSAR AUGUSTO DE LAS CASAS

lunes, 11 de noviembre de 2013

TUA FOTOGRAFIA

TUA FOTOGRAFIA

Tuas mãos brancas
com suas unhas de cor de rosa,
descansam leves
sobre teu vestido preto.
Teu sorriso suave
como brisa fresca
irradia luz e muito bons tempos.
Um relógio dourado faz tictac
em teu braço esquerdo.
De teu pescoço fino,
como laços tenros,
de tecidos térreos,
pendura vistoso
um colar vermelho
coração de índia que te cuida o sonho.
Sobre teus lindos olhos, de caramelo doce,
adornam teu olhar
uns óculos lilás de ovais formas.
Teus cabelos suaves de cor castanho
descansam quietos em teu carapinho tenro.
Teu sorriso branco
e teu rosto imenso
projetam luz para aqueles que te estamos vendo
Teus lábios doces sorriem rosa
e de teu belo corpo,
de angelicais formas,
ressaltassem sedutoras
tuas lindas pernas.
E te agradeço muito
coração de índia
por ser uma amiga, de afetos doces
e de alma aberta.

CÉSAR AUGUSTO DE LAS CASAS

viernes, 8 de noviembre de 2013

DE LAS COSAS QUE NOS SEPARAN

DE LAS COSAS QUE NOS SEPARAN

Al morir las tardes
de paso a paso,
camino a casa
por veredas viejas,
en mi pensamiento, te voy llevando
con la etérea imagen de tu rostro limpio;
de tu voz que suena como rayo tibio,
siento una lágrima
ahogarse
en un pozo seco.

Al morir las tardes
de paso a paso,
camino a casa
por veredas viejas,
me voy dando cuenta, que no estás conmigo
y que nos separan montaña y selva,
miles de kilómetros
entre
Brasilia y Lima.

Al morir las tardes
de paso a paso,
camino a casa
por veredas viejas,
al entrar la noche,  con mucho sueño,
yo te invado en mi pensamiento,
son muchas horas
las que nos separan,
ciento y ochenta minutos entre
mi corazón y tu eventual olvido.


CÉSAR AUGUSTO DE LAS CASAS

jueves, 7 de noviembre de 2013

TU FOTOGRAFÍA

TU FOTOGRAFÍA

Tus manos blancas
con sus uñas rosa,
descansan leves
sobre tu vestido negro.
Tu sonrisa suave
como brisa fresca
irradia luz y muy buenos tiempos.
Un reloj dorado hace tictac
en tu brazo izquierdo.
De tu cuello fino,
como lazos tiernos,
pende vistoso
un collar de rojo
de tejidos térreos,
corazón de india que te cuida el sueño.
Sobre tus lindos ojos, de caramelo dulce,
adornan tu mirada
unos anteojos lila de ovaladas formas.
Tus cabellos suaves de color castaño
descansan quietos en tu moño tierno.
Tu sonrisa blanca
y tu rostro inmenso
proyectan luz para quienes te estamos viendo.
Tus labios dulces sonríen rosas
y de tu hermoso cuerpo,
de angelicales formas,
sobresalen coquetas
tus lindas piernas.
Y te agradezco tanto
corazón de india
por ser una amiga, de afectos dulces
y de alma abierta.

CÉSAR AUGUSTO DE LAS CASAS

miércoles, 6 de noviembre de 2013

TEU NOME QUE EU NÃO ESCREVO



TEU NOME QUE EU NÃO ESCREVO

Acordo com teu nome na minha boca
porque Teu Nome que eu não escrevo
é a fibra de todas minhas palavras,
jaz em silêncio, mas não cala
fala e ri nas minhas entranhas,
nome de mulher, de virgem cristiana,
que emula as grandezas
de um império que se marcha.
Teu Nome e meu nome
estão unidos por umas letras
sangre tíbia, tesouro da minha alma.

Acordo com teu nome na minha boca
porque Teu Nome é pensamento
é batida da minha calma,
coração que grita tuas palavras
guarda silêncio, guarda essas manhãs

Meu sentimento é tão secreto
como Teu Nome que eu não escrevo,
e as letras que nos unem
são espaços de pedra e água
vozes da primavera e do outono
que nos separa.

Fico dormido com Teu Nome na minha boca
porque Teu Nome que eu não escrevo
é o fio de meus sonhos.


CÉSAR AUGUSTO DE LAS CASAS

martes, 5 de noviembre de 2013

TU NOMBRE QUE NO ESCRIBO


TU NOMBRE QUE NO ESCRIBO

Despierto con tu nombre en mi boca
porque Tu Nombre que no escribo
es la fibra de todas mis palabras,
yace en silencio, pero no calla
habla y ríe en mis entrañas,
nombre de mujer, de virgen cristiana,
que emula las grandezas
de un imperio que se marcha.
Tu Nombre y mi nombre
están unidos por unas letras
sangre tibia, tesoro de mi alma.

Despierto con tu nombre en mi boca
porque Tu Nombre es pensamiento
es latido de mi calma,
corazón que grita tus palabras
guarda silencio, guarda esas mañanas.
Mi sentimiento es tan secreto
como Tu Nombre que no escribo,
y las letras que nos unen
son espacios de piedra y agua
voces de primavera y del otoño
que nos separa.

Me duermo con tu nombre en mi boca
porque Tu Nombre que no escribo
es la hebra de mis sueños.

CÉSAR AUGUSTO DE LAS CASAS